¿Estornudos al volante? No, no es que tu coche sea alérgico a la primavera, pero tu filtro antipolen podría estar pidiendo un cambio. Mientras disfrutas del paisaje primaveral, miles de partículas de polen se esfuerzan por acompañarte en tu trayecto, convirtiendo tu coche en una pequeña cámara de tortura para alérgicos.
Un filtro antipolen que no se revisa regularmente es como invitar a todas esas partículas a hacer una fiesta en tu sistema respiratorio. Además, un filtro saturado no solo te hace estornudar más que un personaje de dibujos animados, sino que también puede forzar a tu aire acondicionado a trabajar más duro, afectando a tu bolsillo con un mayor consumo de combustible.
Así que, antes de culpar al polen por tus males, echa un vistazo bajo el capó. Cambiar el filtro antipolen puede ser justo lo que necesitas para transformar tu coche de una sala de alergias móvil a tu espacio personal libre de estornudos.